PRESENTACIÓN
ANGELUS
Quien me iba a decir que el destino era esto.
Ver la lluvia a través de letras invertidas,
Un paredón con manchas que parecen prohombres
Mario Benedetti
Ahí está: un ángel revelador, en un instante de peligro, se aparece como anunciación del significado de lo que estamos viviendo. Este es el sentido del “ángelus” que evoca Benedetti en su poema.
Cada persona en este instante está compelida, llamada, obligada a descifrar este destino. Patrimonio y resiliencia. Esta décimo segunda convocatoria de la memoria, presenta treinta y dos obras instrumento, lanzadas para buscar entendimiento, para compartir generosamente distintas aproximaciones de respuesta a las múltiples, complejas capas de lo que estamos viviendo: la violenta destrucción de los lazos sociales, de la credibilidad de los proyectos comunes, el egoísmo acicateado por el miedo, el ocultamiento de las profundas desigualdades, y también la urgencia del encuentro, de la alegría, del valor para salir adelante mejorados, resilientes.
La memoria, como herramienta para esta ingente tarea propone un diálogo presentificador con el pasado: con las voces que ya se han ido, no como luto o reverencia, sino como recurso de desciframiento, de actualización crítica, que es el patrimonio. Regresan conteniendo el pavor de la finitud, pero también la energía para acompañar la esperanza. Hemos retornado a la “imagen dialéctica” de Benjamin: a ese pacto secreto que tenemos con la conciencia de nuestra historicidad, de esas gentes que nos precedieron, sus afanes, sus luchas y el respirar que las impulsaba: cómo esa imagen “relampaguea en un instante de peligro”, voces y andares que ya han desaparecido, hoy nos alertan contra la soledad.
Los recursos de la creación artística son tan diversos como las líneas vitales de cada persona, pero se presentan como un entramado, un tejido de voces, un compartir de anunciaciones y de destinos. He ahí el inmenso poder de revelación que vive en el arte, de proponernos escuchar más allá de los límites de nuestra vivencia personal. Nos visitan como un ángelus para tocarnos, para hacernos mirar, para desdoblar nuestras percepciones, para dejarnos en otro lugar. La poiesis, energía creadora, es un acto tremendamente expuesto y humano de revelación, de síntesis crítica de memoria personal y a la vez colectiva.
García Márquez, tituló su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura “La soledad de América Latina”. Desde esa ya lejano 1982, en una fría noche noruega, se pregunta y responde por la frágil capacidad para reconstruir nuestra vida desde una más solidaria y razonable humanidad, cómo conjurar la soledad. Y propone la poesía: La poesía, en fin, esa energía secreta de la vida cotidiana, que cuece los garbanzos en la cocina, y contagia el amor y repite las imágenes en los espejos. En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte.
Ese sustento de la creación artística es compartir el destino. Muchas veces intuitivo y reflexivo a la vez, las gentes del arte lo usan como motor y también como energía creadora, logra desdoblar el tiempo frente a nuestros ojos. Un tiempo que se ha roto, que ha impuesto a cada uno de nosotros una vivencia de un destino inesperado y temible, una experiencia que la humanidad entera podrá considerar un punto de quiebre, un revelador pasmoso de nuestra fragilidad, y tal vez, de nuestra capacidad para el regreso, desde otro lugar en que fuimos lanzados por un temible microscópico asesino.
Alexandra De Simone
RESILIENCIA
El término resiliencia tiene su origen en la física. Es la capacidad de un material para resistir a un golpe y retomar su forma original. Una pelota de plástico es un objeto resiliente. Sucede lo contrario con el cristal de una ventana que, frente a un impacto, se hará pedazos.
Este fenómeno físico sirvió de metáfora para el ser humano. No es una receta para la felicidad, sino una actitud vital positiva. La solidaridad empática, la expresión artística, el humor y la espiritualidad son factores resilientes.
Memoria Urbana 2021: “NO HAY RESILIENCIA EN SOLEDAD | REGRESO DESDE OTRO LUGAR” abre la oportunidad a la expresión digital y la coloca en un lugar protagónico.
Los artistas que participan son diversos en técnicas, temas, colores, estilos. En las obras las historias no se cuentan solamente en la superficie del lienzo, el papel o la pantalla. Las imágenes se materializan para evidenciar lo que el ojo ve, dialogan para comprometerse y comprometernos con la realidad circundante y generar pensamiento reflexivo acerca del valor y la fragilidad de la vida. Nos comparten la sensación subjetiva del aislamiento como vía para la creatividad y nos permiten replantear nuestra actuación, el futuro y, de manera particular, la cultura del encuentro y la amistad social desde otro lugar, ¡porque no hay resiliencia en soledad!
Los artistas hacen historia, pero las circunstancias y los acontecimientos moldean al artista. La historia del Barrio Amón es también nuestra historia y nosotros hemos hecho historia en la Memoria Urbana del Barrio Amón.
Marta Yglesias Piza
Coordinadora MUBA por ACAV