PRESENTACIÓN
“es un pasado demasiado remoto, ahora que el tiempo se ha quebrado en astillas y nos cuesta más recomponer el cuadro del pasado, cómo fue, que fuimos, y del futuro solo tenemos una visión borrosa y llena de signos abstractos incomprensibles, como en las pantallas nevadas llenas de ralladuras negras de los viejos televisores cuando se iba la transmisión”. Sergio Ramírez Mercado (2020)
Presentamos con sentimientos encontrados esta edición de un proyecto que amamos profundamente, porque ya en sus once años de trayectoria ha mostrado el gran poder del arte para convocar, atraer, generar acción, en fin, tocar en lo que mueve a las personas en relación con cosas complejas como la memoria, la ciudad, el patrimonio, el pasado construido. Se trata de un proyecto que ha sido capaz de generar colecciones diversas, originales cada año, a partir de proceso de encuentro, diálogo, reflexión entre artistas. Su inmenso acierto ha sido la capacidad de llegar a un público muy amplio, no sólo a lxs consumidorxs de arte. Memoria urbana del barrio Amón habla de la ciudad, de las personas, pero sobretodo de nuestra manera de estar juntxs, que es la cultura.
Tiene esta historia protagonistas muy reconocidxs, la Asociación Costarricense de Artistas Visuales (cuya organización ha tenido casi la misma vida que este proyecto), y todas las personas artistas que la integran. Bajo la coordinación de su Vice-Presidenta, Martha Yglesias, con la constancia y el compromiso de sus integrantes, en quienes este año queremos agradecer a Doreen Bakit su aporte y liderazgo.
Cuando en nuestra edición 2019 de Memoria urbana, agobiadxs por la paradoja de inmensos avances en el posicionamiento de los temas centrales del proyecto: el valor de la memoria como recurso para imaginar un espacio público y patrimonial participativo y crítico; y, a la vez, la persistente degradación de la zona histórico patrimonial de Amón, propusimos como tema trabajar la “Utopía y Distopia en la ciudad”, no sospechábamos de ninguna manera que este 2020 nos tenía reservada la vivencia distópica de la pandemia.
“Estamos en un tiempo liminal, transfronterizo. ¿En qué lugar estamos situados en este momento? Estamos en un lugar entre lugares o intralugares” Carlos Cortés (2020)
Nuestra respuesta ha sido tratar de sintetizar todo lo que hemos aprendido: que en cultura la dimensión expresiva es un recurso poderoso para compartir y desentrañar lo que estamos viviendo. Que el arte, sabe resistir. Que nos encontramos viviendo un momento extraño y singular en que las múltiples capas de la memoria pueden ser un recurso para sobrevivirlo. Que la polifonía visual que están a punto de mirar es poderosa porque nos invita a reconocer nuestros miedos y nuestras glorias. La respuesta de participación de lxs artistas es extraordinaria, 31 obras que hoy dialogan con usted desde distintos lugares, y se proponen llegar a los intersticios en que cada uno de nosotrxs resuelve su miedo y su confinamiento, pero también sueña con que esta distorsión del tiempo y el espacio tenga sentido.
Como temática de la exposición hemos planteado "Viviendo en la liminalidad: ciudad, pandemia y cotidianidad". Espacio y tiempo liminales como los actuales requieren inventar nuevas formas de encontrarnos y vincularnos desde esta experiencia que nos vulnerabiliza aún más como seres humanos. En la liminalidad lo esencial es que los límites se desdibujan. Algunas lineas creativas sugeridas en torno a la temática son:
La memoria como recurso esencial en una cotidianidad confinada. El aleph y el cronotopo.
La liminalidad como un estado intermedio entre “normalidades”: el pasado que no está y el futuro que no ha llegado.
El patrimonio como soporte de la memoria, y por lo tanto como soporte antropológico ante la liminalidad.
La ciudad vacía: el espacio común amenazado por el distanciamiento.
Agradecemos la lúcida colaboración del Arq. Andrés Fernández, también al equipo curatorial de lujo que acompaña y orienta esta XI Edición: el artista Carlos Poveda, el Arq. Oscar Carmona, y el Arq. Roberto Villalobos. Es también esencial mencionar al equipo del proyecto en el TEC: la Lic. Mariela Hernández, coordinadora de Casa Cultural Amón, que hoy sigue cumpliendo en virtualidad su misión de proponer y articular espacios culturales de amplia participación ciudadana y, muy especialmente, al Arq. Juan Pablo Campos, productor y gestor cultural de nuestro proyecto, a quien también se debe la resolución de esta exposición en virtualidad.
Alexandra De Simone